¿De qué “campos” habla Migreurop?
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¿De qué “campos” habla Migreurop?
La primera impressión que evoca el término “campo” es la de un lugar cerrado, geográficamente definido, y destinado a acoger a los indeseables. Hoy en día, en Europa, los campos de extranjeros van desde la prisión, como en Alemania e Irlanda, hasta los centros de retención de las islas griegas improvisados en edificios para los náufragos y pasajeros de embarcaciones apresadas en el Adriático; de los “centri di permanenza temporanea e assitenza” italianos a las “zones d’attente” y “centres de rétention” franceses; de los centros cerrados para solicitantes de asilo en Bélgica pasando por los campos de bloqueo que forman la verdadera frontera de la UE ( en Marruecos, en España - Ceuta, Melilla, las Islas Canarias-, en Algelia, en Ucrania, en Lampedusa, Malta....)
Pero atenerse a esta definición de campo tendría como consecuencia ocultar una buena parte de la realidad. La diversidad de los dispositivos administrativos y las obligaciones técnico-humanitarias destinadas a agrupar a los inmigrantes, invita a ir más allá de la idea de encierro y considerar como campos el conjunto de los lugares de alejamiento de los extranjeros. Son múltiples las formas que esto puede tomar, y a veces muy alejadas de la del campo con “ alambres de espinos”. Así, algunos centros abiertos de acogida, de tránsito o de alojamiento, tienen una vocación aparente - la de aportar asistencia y un techo- que enmascara el echo de que sus inquilinos, inmigrantes y solicitantes de asilo, no disponen, por lo general, de otra posibilidad de quedarse en cualquier otra parte. Es el caso de Alemania y de Bélgica, donde el pago de una asignación de supervivencia y la instrucción de la solicitud de asilo, están sometidos a aceptar, por parte de los solicitantes, de colocarse en centros de recepción no elegidos por ellos.
Es más, el vagabundeo de los exiliados que, en algunos países, se dispersan para evitar la creación de nuevos “accesos de fijación”, ¿ no simbolizaría en realidad el carácter multiforme del aislamiento generalizado de los inmigrantes en las sociedades europeas?. La obligación de los extranjeros de no permanecer en los lugares donde son considerados molestos,¿ no se podría asemejar a un informal arresto domiciliario? Consecuentemente, la hostigación policial y la obligación de invisibilidad tienen una función de barrera y trazan los límites de los lugares reservados a los extranjeros. En estos casos, el campo, en vez de ser un lugar definido como tal, se convierte en un proceso, en el símbolo del vagabundeo obligado y del movimiento perpetuo de inmigrantes y exiliados que las sociedades europeas se niegan a ver y a acoger.
Entendida conforme a esta amplia acepción, la expresión “ Europa de los campos” elegida por Migreurop nos parece la que mejor pueda dar cuenta de los dispositivos de relegación que la UE, a manera de política migratoria, establece progresivamente sobre su suelo y en sus fronteras.