¿Alguien se acordará poner en un tweet aquello de Derechos Humanos ? Todavía cabe
Mundiario (Espagne), 01/12/2013
A diario, vemos en los medios como pateras repletas de inmigrantes llegan a nuestras costas y, sin darnos cuenta, hemos normalizado un auténtico drama. ¿Alguien se acordará poner en un tweet, que es lo que funciona ahora, aquello de Derechos Humanos ? Todavía cabe.
Después del drama de Lampedusa, desde la comisaria europea de asuntos interiores se propone una “solución” : Para prevenir las muertes en el mar consistiría en acelerar la implantación de Eurosur para vigilar mejor en el mar a los barcos de refugiados, e invertir recursos suplementarios a fin de lanzar una gran operación de salvamento en el Mediterráneo bajo la dirección de la agencia Frontex.
Pero ¿para qué sirve Frontex ? ¿Por qué no se prestó ningún auxilio al barco que naufragó el 3 de octubre a unas millas de Lampedusa ? ¿Cómo es posible, con nueve patrullas de la Guardia Costera, una patrulla de la Guardia de Finanzas, barcos militares y aviones de vigilancia, no llegara ninguna información a tiempo a la isla ?
En lugar de hacerse esta preguntas, Italia y las instituciones europeas indican que es el momento de “reevaluar” el papel de la agencia Frontex y de darle más medios. ¡Pero no nos engañemos ! La agencia Frontex tiene por mandato la lucha contra la inmigración llamada “clandestina” y no el salvamento en el mar. Aumentar sus operaciones en el canal de Sicilia no reducirá el número de muertos en el mar : 3.300 personas habrían muerto ya en las proximidades de la isla de Lampedusa desde 2002, mientras que la agencia opera desde 2005 y sus medios han pasado de 19 millones de euros en 2006 a unos 85 millones en 2013. Todos estos datos según « 3300 migrants sont morts à Lampedusa depuis 2002 », Jean-Marc Manach, october 2013, article based on a cross check of United Against Racism and Fortress Europe datas.
Incluso si las operaciones de intercepción en mar de Frontex se acoplan a menudo a operaciones de salvamento, la falta de transparencia de las actividades de la agencia no permite saber si sus patrullas han salvado verdaderamente vidas, o si se han limitado a señalar a las autoridades más cercanas las embarcaciones en peligro. Más aún, el reparto de tareas entre la Unión Europea y los Estados miembros se deja conscientemente en la opacidad. ¿Quién debe asumir los inmigrantes interceptados o salvados ? ¿Quién, de los Estados miembros, de la UE o de Frontex, es responsable del respeto del derecho de asilo y del principio internacional de -non refoulement- ? Estas incertidumbres y la falta de procedimientos claramente definidos, fragilizan gravemente las operaciones de salvamento dejando en la sombra la cuestión de las responsabilidades.
Libia, clave
La propuesta de reforzar la presencia de Frontex en el Mediterráneo, acoplada a la de un reforzamiento de la cooperación con Libia, muestra la voluntad de aumentar las patrullas de la agencia europea en las costas de Trípoli externalizando la gestión de las fronteras. Esta política entrañará un rechazo indirecto de refugiados hacia Libia donde los derechos humanos de las personas migrantes son clamorosamente violados, según determina « Libye, en finir avec la traque des migrants », Migreurop, FIDH, JSFM, junio 2012 ; « Scapegoat of fear : Rights of refugees, asylum seekers and migrants abused in Libya », Amnesty International, 20 junio 2013. Una forma de relegar lejos de la mirada ofuscada de la opinión europea los futuros “dramas de la inmigración”.
El trato es siempre mejor, ¿no ?
Ahora, la agencia europea recuerda que los migrantes del África subsahariana ahorran durante años para poder financiarse el viaje a Europa. Dice en su último informe que se ha producido un cambio de tendencia en la migración a Europa vía España : los migrantes "prefieren evitar el mar" y por eso aumenta la presión en las vallas de Ceuta y Melilla.
Parece fácil hacer cualquier truco ante los más débiles pero, quizás la Unión Europea debe encontrar de nuevo el trato que hicimos todos por escrito. Érase una vez un artículo número 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde el final es mucho mejor que aquel ‘…y vivieron felices para siempre’ : “Toda persona tiene derecho de salir de cualquier país, incluso del propio”. Fíjense si es buen final que hasta cabe en un tweet. Ahora, si son tan amables, lo que toca : Retweet.
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