¿Los estados mediterráneos sueñan con una «Papúa europea» donde encerrar a los boat-people?
Comunicado de prensa
El 5 de agosto de 2013, sobre la una de la mañana, a 46,6 millas náuticas de Libia y a 140 millas náuticas de Malta, el petrolero Salamis de pabellón liberiano, socorre a 102 boat-people. Esta intervención sigue las instrucciones de Italia de socorrer a la embarcación que naufraga. El Salamis continúa hacia Malta pero la marina le detiene a 24 millas náuticas de la isla. Malta ordena a la compañía del Salamis, así como al capitán [1], volver a Khoms, su último puerto y el más cercano del lugar de salvamento, para desembarcar allí a los boat-people. El capitán lo rechaza y pide a Malta e Italia que acojan a los migrantes, entre ellos cuatro mujeres embarazadas que necesitan asistencia médica [2].
El 6 de agosto de 2013, la Commissione europea (CE) ordena a Malta que deje desembarcar a los migrantes para responder a la urgencia humanitaria de la situación, independientemente del conflicto de responsabilidad concerniente a la búsqueda y socorro de estas personas. La CE ya había recordado recientemente a Malta sus obligaciones de respeto del derecho de asilo, y en particular el principio de non-refoulement, cuando la isla había querido rechazar a migrantes que acababan de llegar [3].
La suerte de los boat-people del Salami no es un caso aislado. Según [4], en la misma noche del 4 al 5 de agosto, un barco turco, el Adakent, habría obedecido a Italia, salvando 96 boat-people en la zona denominada “de búsqueda y salvamento” (“Search and Rescue”, o SAR) libia para desembarcarlos en Trípoli. El 29 de junio de 2013, una plataforma petrolera italiana habría socorrido a 76 eritreos, y los habría llevado a Libia. Habrían sido encerrados a continuación en el campo de Sibrata Mentega Delila (Trípoli) en el que las condiciones son notoriamente inhumanas. En mayo 2012, dos navíos mercantes habrían asistido igualmente a boat-people en las costa libia y desembarcado a los supervivientes en Trípoli [5], siempre siguiendo las instrucciones de Roma.
Estos acontecimiento evocan el anuncio hecho por Australia el 19 de julio de no acoger más boat-people y de rechazarlos o enviarlos a Papúa-Nueva Guinea “donde permanecerán incluso en el caso de que su (demanda de asilo) sea aceptada [6]. Gli Stati mediterranei sono forese alla ricerca di una “Papua europea” dove concentrare i boat-people?
Boats4People constata:
– Que Malta viola varias convenciones internacionales al calificar de “seguros” puertos libios cuando numerosos informes atestiguan que en Libia los migrantes son encerrados indefinidamente en campos donde el trato inhumano y degradante es la norma, hasta el punto que muchos mueren allí
[7] ;
– Que la justicia italiana ha juzgado ya, en el caso del navío Cap Anamur en 2009, que el capitán ha de ser el único juez del puerto seguro más próximo hacia el cual los boat-people han de ser desembarcados con seguridad [8];
– Que Libia, debido a una inestabilidad política grave, no es signataria de la Convención de Ginebra sobre los refugiados, y es conocida por no poder ofrecer ninguna auténtica protección a migrantes rescatados, sean o no solicitantes de protección internacional [9];
– Que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó a Italia, en el caso “Hirsi Jamaa” [10]] de 2012 por haber rechazado en alta mar migrantes hacia Libia;
– Que el TEDH [11] ha suspendido con carácter de urgencia, hace menos de un mes, la decisión de las autoridades maltesas de rechazar boat-people hacia Libia;
– Que en lugar de cooperar en el socorro, Italia y Malta continúan rechazando la responsabilidad de la ayuda a los boat-people, a costa de su seguridad.
Exigimos:
– A Italia y al resto de estados europeos, que cesen toda instrucción de desembarco en Libia de potenciales demandantes de asilo como los boat-people del Adakent cuyos derechos más elementales se encuentran hoy amenazados;
– A Malta o a Italia, que den inmediatamente a los boat-people del Salamis la protección internacional que pueden reclamar;
– A la Comisión Europea, que tome medidas contra los Estados que rechazan desembarcar a demandantes de asilo, o dan instrucciones a los barcos de desembarcar boat-people en Libia.
Exigimos que la noción de “puerto seguro” sea redefinida, para que su interpretación no se limite a la seguridad física inmediata de los boat-people sino que tome en cuenta los riesgos del reenvío o de los tratos inhumanos y degradantes a los que estarían expuestas las personas desembarcadas.
Boats4People expresa su solidaridad con el capitán del Salamis, y pide a todos los Estados implicados que renuncien a perseguir a este último o a cualquier marino que haya socorrido a boat-people.
Bamako, Rabat, Túnez, Roma, París, miércoles 7 de agosto 2013
Contacto de prensa: coord@boats4people.org
Foto: Sara Prestianni http://www.flickr.com/photos/saraprestianni/