Vuelo Bamako-Bruselas con Securicom… ¡como una pesadilla!
Breve
El 20 de marzo de 2013, en el marco del lanzamiento en Bruselas de la campaña Frontexit, iniciada por los miembros de la red Migreurop y sus socios, dos representantes de asociaciones malienses fueron de nuevo víctimas del control deslocalizado de las fronteras europeas y de la arbitrariedad de empresas privadas promovidas guardia-fronteras.
Securicom es una de las numerosas agencias de seguridad subcontratadas por las compañías aéreas para controlar los documentos de los pasajeros antes de que facturen y embarquen con destino a países europeos. Ello, con el objetivo de evitar las multas impuestas por los Estados a los transportistas en caso de no admisión de un pasajero en su territorio.
Esta privatización del control migratorio - normalmente competencia de las policías de fronteras - otorga a las empresas de seguridad un poder de decisión muy amplio y poco regulado, que genera tanto beneficios como violaciones de derechos y situaciones absurdas. Así, a pesar de poseer documentos perfectamente en regla, Securicom en Bamako decreta el 19 de marzo que los visados de nuestros compañeros de Mali están falsificados, por lo que ven denegado el acceso al vuelo Bamako/Bruselas, vía Lisboa.
Al día siguiente, tras haber tenido que comprar otro billete de avión, nuestros compañeros, provistos de un certificado de autenticidad del visado remitido por las autoridades holandesas , embarcan por fin en el vuelo Bamako/Bruselas vía Abidján. Pero en la escala en Costa de Marfil, aguarda todavía Securicom, que decreta -en contra del sentido común y de la aritmética- que la fecha de sus vuelos de vuelta (el 4 y 6 de abril de 2013) sobrepasa la duración de validez del visado (14 de abril de 2013) y que deben por tanto reservar un nuevo billete de vuelta para estar en regla y poder entrar en territorio belga. Securicom en Abidján decide reservarles entonces dos nuevos billetes para una vuelta Bruselas/Abidján el 30 de marzo. ¿Y de Abidján a Bamako?
El celo desproporcionado de Securicom hizo que nuestros compañeros sólo pudieran llegar al destino al cabo de 31 horas de viaje y tras la compra de dos billetes de ida y vuelta por persona.
Los miembros de la red Migreurop están una vez más escandalizados por estas prácticas arbitrarias de sospecha hacia los ciudadanos de los países del Sur. Nos indignamos por las consecuencias de las políticas europeas que obstaculizan la libertad de ir y venir. Denunciamos la externalización de los controles de fronteras fuera de la Unión Europea y su privatización, que ponen trabas a los encuentros entre ciudadanos del Norte y del Sur del Mediterráneo.