Desolación(es) en las fronteras de la Unión
Hoy como ayer, las esperanzas de numerosas personas exiliadas se estrellan contra la realidad de los campos cerrados de los Estados europeos que, por un lado, alzan el estandarte de los derechos humanos y, por otro, exigen a las personas exiliadas que permanezcan fuera de la Unión Europea (UE). Con el pretexto de las llegadas «masivas», la UE y sus Estados vecinos no han cesado de reforzar sus sistemas de confinamiento: de 2011 a 2016, la capacidad total conocida de los campos censados por (…)